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Fecha 9 octubre, 2023 Tiempo José Ángel Sanz Tiempo Mantenimiento Tiempo 5 Minutos

Plan de mantenimiento preventivo de vehículos livianos

 

Los vehículos ligeros, por sus características particulares, presentan algunas diferencias, en cuanto al mantenimiento, con respecto a los vehículos pesados.

 

La conservación de las unidades en el mejor estado posible mediante mantenimientos preventivos y correctivos es una de las funciones clave que realiza todo gestor de flotas en su día a día. La importancia del mantenimiento preventivo de vehículos livianos reside en que buena parte de los costes de una flota de esta clase se derivan de este apartado

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Vehículos ligeros vs. vehículos pesados

Aunque puede darse alguna variación en función de la normativa de cada país, existe cierto consenso a la hora de distinguir entre vehículos livianos y pesados, siempre hablando de unidades destinadas a servicios de transporte. Los primeros son todos los que trasladan mercancía o pasajeros en recorridos urbanos y por lo general cortos. Su peso bruto vehicular (PBV) de carga máxima no debe superar las 3,5 toneladas y son conocidos como Light commercial vehicle (LCV). En esta etiqueta se incluyen furgonetas, camionetas o camionetas compactas. Existen otras 3 subcategorías de acuerdo con el criterio de peso. 

El mantenimiento preventivo de vehículos livianos está marcado por el uso que se da a estas unidades, que suelen conducirse con facilidad y tienen una alta capacidad de carga. A pesar de su robustez, pueden presentar desgastes acentuados en algunos puntos porque son manejados en entornos urbanos y durante trayectos cortos, lo que puede afectar a algunos motores diésel. Por lo general presentan un bajo consumo de combustible y bajos costos de operación. 

Efectuar mantenimientos de tipo preventivo disminuye el tiempo de inactividad de las unidades hasta en un 60%, por lo que es común preguntarse cómo se debe hacer el mantenimiento preventivo de una flota vehicular.

Fases del mantenimiento preventivo para vehículos livianos

Existen varias fases de mantenimiento por las que pasan los vehículos comerciales o de transporte. Podemos distinguir entre inspecciones y revisiones acordes con un plan previsto, dentro todo ellos de las acciones preventivas programadas. Las siguientes fases son consideradas básicas, aunque los fabricantes añaden fases complementarias en función de las necesidades específicas de cada modelo.  

Fase de inspección de seguridad o MP A

Esta primera fase se realiza, en los vehículos livianos, en intervalos de 2.000 a 4.000 kilómetros. Los puntos clave que se revisan son los neumáticos, la iluminación, el sistema de frenado y los niveles de líquidos. Se trata, por lo tanto, de elementos básicos, pero también imprescindibles para el buen funcionamiento de la unidad. En el caso de los vehículos medianos, estas operaciones no se acometen hasta alcanzar los 8.000 kilómetros. 

Fase MP B 

Cuando los vehículos livianos alcanzan entre los 5.000 y los 8.000 kilómetros posteriores a la primera revisión, y a partir de entonces de forma regular, se deben someter a mantenimientos de cambio de aceite y de filtro, así como a revisiones del motor y de todo el sistema de transmisión en mayor profundidad. También debe repararse cualquier posible incidencia en el módulo de control electrónico o ECM, que se encarga de que todo lo que implica a la parte eléctrica de la unidad funcione de la manera adecuada. Es importante revisar que este elemento está en buenas condiciones, porque tiene una influencia directa en el rendimiento correcto del motor. En algunos casos los ECMs se deben actualizar mediante una descarga.

Fase MP C

Cada 12 meses, el plan de mantenimiento preventivo de vehículos livianos debe incluir, junto con las revisiones de las dos primeras fases, una revisión específica de todas aquellas piezas que forman parte del sistema de transmisión, del sistema de alineación y del propio motor. Es el momento para comprobar si se han producido daños provocados por un desgaste específico y se da un reemplazo planificado de ciertos componentes. 

Fase MP D

Esta última fase se alcanza en pocas ocasiones y en circunstancias muy concretas, como por ejemplo cuando el vehículo ligero supera un gran volumen de kilómetros. Responde a cambios en el sistema de transmisión de la unidad, en los ejes, o incluso, en casos extremos, en el propio motor. 

Mantenimiento preventivo por años

Si el plan de revisiones de los vehículos livianos se establece por años, nos encontramos con las siguientes acciones para una furgoneta de tamaño pequeño (sujetas a variación en función del modelo concreto de unidad):

  • 2 años. Servicio de cambio de aceite, servicio de inspección, cambio de filtro de polvo y polen, cambio de líquido de frenos, cambio de filtro de carbón activo y cambio de escobillas limpiadoras. 
  • 3 años. Servicio de inspección ampliado. 
  • 4 años. Servicio de cambio de aceite, servicio de inspección, cambio de filtro de polvo y polen, cambio de líquido de frenos, cambio de filtro de aire, cambio de aceite, cambio de filtro de carbón activo y cambio de escobillas limpiadoras. 
  • 5 años. Servicio de inspección ampliado y cambio de batería.
  • 6 años. Servicio de cambio de aceite, servicio de inspección, cambio de filtro de polvo y polen, cambio de líquido de frenos, cambio de filtro de carbón activo y cambio de escobillas limpiadoras. 
  • 7 años. Servicio de inspección ampliado. 
  • 8 años. Servicio de cambio de aceite, servicio de inspección, cambio de filtro de polvo y polen, cambio de líquido de frenos, cambio de filtro de aire, cambio de aceite, cambio de filtro de carbón activo y cambio de escobillas limpiadoras. 
  • 9 años.  Servicio de inspección ampliado. 
  • 10 años. Servicio de cambio de aceite, servicio de inspección, cambio de filtro de polvo y polen, cambio de líquido de frenos, cambio de filtro de carbón activo, cambio de escobillas limpiadoras y sustitución aceite del cambio manual y eje trasero.

Importancia del Mantenimiento Preventivo para Vehículos Ligeros

El adecuado cuidado de neumáticos, iluminación, frenos y niveles de líquidos en las primeras etapas, y la atención detallada al motor, sistema de transmisión y componentes electrónicos en las fases posteriores, son fundamentales para mantener los vehículos ligeros en óptimas condiciones. Estos procedimientos programados no solo aseguran un funcionamiento eficiente, sino que también contribuyen a la seguridad en las carreteras y a la eficiencia económica.

En resumen, el mantenimiento preventivo no solo es una práctica recomendada, sino una inversión inteligente para aquellos que gestionan flotas de vehículos ligeros. Al seguir un plan de mantenimiento adecuado, es posible prolongar la vida útil de los vehículos, reducir costos y garantizar la seguridad de los conductores y pasajeros. Con un mantenimiento adecuado, los vehículos ligeros seguirán siendo activos valiosos en el ámbito del transporte y el comercio.

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