Dirigir empresas en tiempos donde la tecnología lo cambia todo de un día para otro no es tarea fácil.
Como nunca antes, los cambios sociales ocurren a una velocidad vertiginosa e inciden en todos los aspectos de la vida. La dirección de empresas es una de las tareas que más se ve afectada por estos cambios, y por ello el perfil del CEO (Chief Executive Officer) también se ha visto modificado.
Hasta hace sólo tres lustros atrás, las características más valoradas de un director ejecutivo eran su capacidad para seguir reglas y para mandar en una estructura totalmente vertical.
Gracias a los avances tecnológicos y al éxito de los entornos colaborativos, estas características están caducas y dieron paso a otras más eficientes y orientadas a, no sólo la adaptación, sino a la anticipación del mercado cambiante. Para cumplir con ello, algunas características que el CEO actual debe tener son:
El CEO debe ser capaz de resumir de forma sencilla el objetivo que persigue la empresa, estar plenamente comprometido con él y transmitir a todo el equipo de trabajo no sólo este objetivo, sino además, el compromiso necesario para alcanzarlo. Los empleados se sienten más seguros y más a gusto cuando notan que su líder sabe a dónde se dirigen y cómo llegar a dicho lugar. Esto les otorga un sentido de cohesión y los motiva para cumplir mejor con sus tareas, ya que sienten que el alcance del objetivo depende de todos.
Si bien el CEO es quien toma las decisiones en la empresa, debe ser capaz de delegar responsabilidades a todo el equipo, de esta forma permite el desarrollo del pensamiento crítico, una característica requerida en los empleos de hoy. También debe estar pendiente del proceso de capacitación constante de los empleados, cosa que no sólo los mantendrá motivados y más felices, también disminuirá la rotación de personal, aumentando la lealtad a la empresa.
No es suficiente el desarrollo del equipo, también es importante que el CEO se preocupe por su propio desarrollo, tanto el profesional, siempre estando a la vanguardia en los tópicos referentes a los objetivos de la empresa, como en el personal, estando dispuesto a aprender nuevas cosas, manteniendo la mente abierta a cosas que puedan beneficiar al negocio. No debe tener miedo a probar cosas nuevas e innovadoras para aumentar la productividad de la empresa, sin embargo, debe estar siempre preparado para solucionar las cosas que puedan salir mal.
El CEO debe tener conocimiento profundo de sus capacidades y limitaciones, de sus fortalezas y de sus áreas de desarrollo, sin caer en la autocomplacencia o el castigo. Esto mismo lo debe aplicar para su equipo y para los objetivos de la empresa, tomando siempre las mejores decisiones para romper las limitantes y alcanzar el éxito.
Un buen CEO sabe que el uso de la tecnología ayuda a acelerar los procesos y mejorar la transmisión de información. Debe ser capaz de advertir las oportunidades que la inversión en tecnología significa para el negocio y mantenerse siempre al día de los nuevos avances para que ni él ni la empresa se queden atrás. Debe contar con una planificación estratégica, de acuerdo a los objetivos y capacidades de la empresa, para invertir en tecnología que ayude a alcanzar los objetivos planteados de forma más eficiente.