La logística inversa es el conjunto de procedimientos y acciones incluidos dentro de la gestión del retorno de los productos o mercancías en la cadena de suministro. Esta gestión es integral y se caracteriza por buscar la máxima eficiencia, ya que su objetivo es recuperar el producto en el menor plazo de tiempo y al menor coste posible.
Que este flujo inverso de la mercancía se realice de la manera adecuada es clave para que el producto regrese al stock de la compañía y pueda volver al proceso de venta. Si el producto o la mercancía no pueden volver a ser vendidos, se busca la forma de recuperar su valor o de eliminarlo de la forma que sea más precisa y sostenible.
Destacamos 5 recomendaciones que deben seguirse para que la operativa sea capaz de responder a altas y, sobretodo, inesperadas subidas de la actividad de la flota.
La logística inversa, para lograr que un bien tome el camino inverso al habitual en la cadena de suministro, engloba numerosas acciones. Las más destacadas entre ellas son el propio transporte para recoger los productos que se desean devolver, la revisión o control de calidad, la gestión de embalajes o el envío a plantas de tratamiento.
Los costos que todo ello genera son de diverso tipo, aunque podrían diferenciarse varios tipos; administrativos, de gestión de incidencia, de transporte, de reparación o reacondicionamiento, de segunda venta (con nuevo empaquetado) y, en ocasiones, de reciclado.
La adecuada puesta en marcha de un plan de logística inversa contribuye a obtener un retorno de la inversión, un retorno que es doble en el caso de materiales industriales si se implementan principios de la logística sostenible. Este tipo de logística reduce costos, ya que emplea materiales reutilizados para reemplazar a materiales vigentes. Por otro lado, la satisfacción y fidelización del cliente aumenta.
Otra ventaja de la también llamada logística reversa es que reduce de manera drástica el impacto en el medioambiente, de manera que mejora la imagen social de la empresa y la confianza de los consumidores en ella. Esa contribución al medio ambiente se apoya, también, en el tipo de embalajes, que deben ser retornables. Por otro lado, cuando se menciona cuáles son los distintos tipos de logística en ocasiones no se destaca tanto como debería la logística inversa, que sin embargo permite a las empresas mejorar la cuota de mercado de sus servicios.
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Los ingresos provenientes del ecommerce en el mundo crecen a un ritmo del 15% anual, al tiempo que las tasas de retorno de productos ronda el 30 por ciento del total de las ventas, de acuerdo con los datos ofrecidos por la consultora Deloitte en el informe ‘Bringing it back | Retailers need a synchronized reverse logistics strategy’. Esto se traduce en que, para el año 2022, y con las tasas de devolución estables, se puede esperar un aumento de los bienes que pasan por la logística inversa equivalente a 573.000 millones de dólares de valor. El dato es equiparable al total de todas las ventas de ecommerce en el mundo en 2008.
Entre las medidas aplicables para mejorar la logística inversa destaca la creación de un área de devoluciones dentro de la gestión, con la cuál clasificar cada envío y cada retorno en el mismo momento en el que se produce el aviso de devolución. Para mitigar las pérdidas se torna fundamental establecer un protocolo de reparación, reacondicionamiento y reventa de los artículos o mercancías dañadas. Establecer una política clara de devoluciones es una medida imprescindible.
La logística inversa integral representa una gran oportunidad de reaprovechamiento de los recursos y los activos. La reutilización que puede hacerse de los bienes, en algunos casos tras acciones de reacondicionamiento, completa el ciclo de vida de los productos. En algunos casos, el valor puede recuperarse tal cual, mientras que en otros casos, en los que la restauración no es posible o rentable, ciertos materiales pueden pasar a un proceso de reciclado o ser enviados hacia plantas especializadas en un tratamiento de eliminación que sea responsable con el medio ambiente.