Uno de los problemas más importantes con el coche eléctrico es el reciclaje de sus baterías tras agotar su vida útil.
Poco a poco las ventas de los coches eléctricos siguen creciendo y después de 7 años de servicio, sus baterías llegan a su fin y deben ser retiradas y cambiadas para que el vehículo siga funcionando correctamente. El problema es: ¿qué hacer con esas baterías de litio?
Los científicos y fabricantes unen esfuerzos para mejorar el rendimiento de las baterías, pero los iones de litio se degradan con el tiempo teniendo una vida limitada.
Este año, la Asociación Española de Desguaces y Reciclaje del Automóvil (AEDRA) estima en 55.000 las baterías que lleguen a su fin; pero, según distintos organismos, pronostican que para 2030, se multiplicará por 25 el volumen actual existente de baterías en el mercado.
Este incremento de las baterías necesita una regulación de manera urgente. En China, donde se venden aproximadamente la mitad de los vehículos eléctricos del mundo ya se están creando normas al respecto.
Y la Unión Europea no se queda atrás. Prepara nuevas regulaciones para añadirlas a las ya existentes.
Hoy en día, solo se reciclan el 5% de las baterías de litio que hay en el mercado. Esta baja tasa de reciclaje se debe a la variabilidad del precio del litio en el mercado y al alto coste del proceso de reciclaje, entre otros. Pero, si no se encuentra una solución, el medio ambiente estará en grave peligro.
Esta prohibido guardarlas o incinerarlas, y según las leyes europeas, los productores de las baterías son quienes deben encargarse de ellas y correr con los gastos de su recogida, gestión y reciclaje.
Por ello, se buscan soluciones como nuevos modelos de negocio. Se pretende que las baterías extiendan su vida útil. Una vez extraídas del vehículo, puedan seguir almacenando y entregando electricidad, después de ser adaptadas, en un plazo de 7 a 10 años más.
Ya empiezan a verse iniciativas (ej:Green Car) o alianzas, como la de Nissan, Renault, Eaton y Powervault, que buscan dar una segunda vida a estas baterías convirtiéndolas en recipientes de almacenamiento de energía en las casas.