El control de combustible de las flotas es una de las grandes preocupaciones de los gestores. Los vehículos que se propulsan con motores convencionales, en su mayoría de tipo diésel, requieren de unos controles específicos en los que las compañías del sector acumulan una amplia experiencia. Sin embargo, el cambio de paradigma hacia una progresiva electrificación de las flotas presenta ciertas interrogantes.
Definimos los conceptos que es imprescindible conocer cuando hablamos de flotas eléctricas y sus particularidades.
El control de combustible tradicional se realiza con los datos de cargas que proporcionan los proveedores o los conductores. Para saber el gasto de carburante de las unidades se tiene como referencia universal los litros consumidos por cada 100 kilómetros. Los fabricantes de vehículos eléctricos aportan el dato en kWh/100 km. Se debe relacionar la capacidad de la batería con el consumo para saber el número de kilómetros que puede desplazarse una unidad con una carga única.
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Podemos distinguir entre 4 grandes tipos de velocidades de recarga de acuerdo con el criterio de la velocidad a la que esta se produce.
La potencia de carga de un vehículo es la cantidad de energía, en kW, que puede admitir. La Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) 62196 opera como estándar universal para todos los conectores eléctricos y los modos de carga, mientras que el IEC 61851 es el estándar internacional para la carga conductiva de un VE.
La potencia de carga define el tiempo de espera que es necesario para llenar de energía las baterías. Los puntos de recarga tienen potencia en su cargador que puede ser suministrada por corriente continua o alterna.
Mientras que los cargadores de corriente continua alcanzan potencias que comienzan en los 50 kW y superan los 150, con tiempos de recarga cortos, los puntos de corriente alterna son menos competitivos, ya que ofrecen potencias de 6'6, 11 o 22 kW, aunque en algunos casos esa cifra puede ser incluso menor.
A diferencia de lo que ocurre con el control de combustible, en cuyo proceso de carga apenas se emplea tiempo, en el caso de los vehículos eléctricos cuánto tiempo se tarda en carga cada unidad es muy relevante. De hecho influye directamente en cómo conseguir la eficiencia operativa vehicular en una flota. En el caso de que, por ejemplo, una unidad tenga una potencia de carga máxima de 100 kW, y el punto de recarga ofrece 50 kW de potencia, serán necesarias 2 horas. Si el punto ofrece 22 kW, el tiempo de espera superará las 4 horas.