Contar con este sistema puede ser la diferencia entre un buen susto y una experiencia catastrófica.
El sistema ABS (Antilock Brake System) de frenado es quizá el sistema de seguridad activa más eficaz aplicado a los vehículos automotores. Pero a pesar de que su implementación es obligatoria en los vehículos que circulan en Europa, Estados Unidos y algunos lugares de Asia, en el resto del planeta aun no es obligatorio su equipamiento.
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Pero ¿qué es y como funciona este sistema que salva tantas vidas? El sistema ABS es un mecanismo electromecánico cuyo desarrollo se remonta a la segunda década del siglo pasado, y fue concebido en primera instancia, para evitar que las llantas los aviones, que necesitan una capacidad de frenado mucho mayor a la de los autos de esa época, derraparan sobre la superficie.
No fue hasta la década de los 60´s de dicho siglo, cuando diversas empresas comenzaron a desarrollar sistemas ABS modernos para los vehículos automotores. Hoy en día, este desarrollo se encuentra entre los más avanzados en cuanto a tecnología automovilística se refiere.
¿Por qué es necesario el uso de este sistema de frenado? Cuando al conducir un vehículo, nos encontramos con la necesidad de frenar de manera brusca, se corre el riesgo de que alguna de las llantas, si no es que todas, se bloqueen. Este bloqueo significa que la llanta deja de girar y esto ocasiona que el conductor pierda el control sobre la dirección del vehículo, ya que, cuando el vehículo va derrapando, no importa hacia donde giremos el volante, el automóvil seguirá la última trayectoria antes de que sufriera el bloqueo.
Este bloqueo es debido a que frenar el giro de una llanta es mucho más rápido y sencillo que frenar todo el peso de un vehículo. Por ello, podemos parar totalmente el giro de una llanta, pero la inercia del total del vehículo, hace que esta siga hacia adelante, ocasionando que las llantas derrapen y se pierda el control. Este fenómeno se puede evitar si el conductor "afloja" un poco la presión sobre el pedal de freno, permitiendo al neumático volver a girar y recuperando nuevamente el control sobre la dirección. El sistema ABS hace este proceso automáticamente.
Para hacerlo, en cada rueda se coloca un sensor de revoluciones, el cuál trabaja todo el tiempo comparando los giros de la llanta con las demás llanas y con la velocidad del vehículo. Cuando alguno de estos sensores "nota" que alguna de las ruedas tiene menos revoluciones que las otras y es probable que sufra un bloqueo, como cuando pisamos el pedal hasta el fondo, se envía una señal a la unidad central de control electrónico del sistema ABS y esta reduce la presión hidráulica del liquido de frenos en el sistema de frenado correspondiente.
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Este procedimiento se realiza entre 15 a 18 veces por segundo, permitiendo que, a pesar de la disminución brusca de la velocidad, las llantas de nuestro vehículo sigan girando. Si circulamos sobre una superficie húmeda, este sistema también evita el aquaplaning, ya que, al permitir que las llantas sigan girando, el agua que esta en contacto con los neumáticos, se drena a través de las estrías de los mismos.
Al ser un sistema automático, para activarlo lo único que hay que hacer es pisar el pedal de freno firmemente hasta el fondo. Esto activara un testigo en el tablero que nos indicara que el sistema ABS ha entrado en función. Como conductores, experimentaremos que el pedal de freno, e incluso el auto, vibra un poco, y escucharemos un sonido raro en el motor. Estos son indicadores de que el sistema funciona de forma correcta.
Sin importar si hemos utilizado este sistema o no, mantenerlo en perfecto estado es indispensable para circular con toda la seguridad necesaria y evitar accidentes. Por ello, es importante cumplir con todos los mantenimientos preventivos de tus vehículos en los tiempos adecuados. En ellos, los técnicos revisarán el buen funcionamiento de los sistemas de seguridad pasiva y activa de tus vehículos, incluyendo el sistema ABS.