El renting flexible para flotas de vehículos continúa su tendencia al alza. Al crecimiento sostenido de los últimos años hay que sumar el hecho de que se trata de una fórmula idónea para el momento en el que nos encontramos, con la vista puesta en la recuperación económica.
La incertidumbre provocada por la crisis del COVID en 2019 llevó a las empresas que gestionan flotas de vehículos corporativos y comerciales a un escenario inesperado. La actividad se frenó de manera brusca, en algunos sectores hasta el 100%. El valor residual de los vehículos se vio afectado. Eso hizo necesario readaptar los contratos de los vehículos y negociar con las compañías proveedoras de esas unidades, por ejemplo extensiones de contratos o de kilometrajes (o ambos conceptos). Todo ello, persiguiendo en todo momento el objetivo de lograr un mejor control de gastos en los vehículos de la empresa.
El renting flexible se distingue del renting tradicional en que proporciona una libertad mucho mayor y en que se adapta con mucha mayor facilidad a las circunstancias de cada compañía. El renting para flotas clásico obliga a un recargo en el caso de sobrepasar un determinado número de kilómetros contratados por unidad, mientras que con el renting flexible esos kilómetros pueden ser ilimitados. Por otra parte, tanto la extensión del contrato entre las dos partes, como ciertas características de las unidades, pueden cambiarse sin penalización adicional.
Muchas compañías ofrecen un renting flexible para flotas mediante el cual es posible anular el contrato estipulado, modificar alguna de sus cláusulas, o, pasado el primer mes, cambiar el vehículo sin recargo alguno. Además de ofrecer presupuestos adaptados a cada circunstancia específica, los renting flexibles son muy beneficiosos porque evitan contratos a largo plazo y costes fijos de préstamos. Todo ello manteniendo la asistencia técnica y de mantenimiento que ya caracterizaba al renting y la deducibilidad fiscal para empresas y autónomos.
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Las grandes empresas internacionales dedicadas al renting están viendo incrementadas sus cifras de facturación a pesar de la crisis sanitaria de 2020. En muchos casos, debido a su enfoque de negocio también hacia clientes particulares. ALD Automotive, que gestiona 1,76 millones de vehículos (diciembre de 2020) en 43 países, ha puesto en marcha ReDrive, alternativa de renting para particulares.
Arval BNP Paribas Group, con 1,3 millones unidades en todo el mundo, ha lanzado para su desarrollo en el periodo 2020-2025 Arval Beyond, un modelo de negocio centrado en soluciones de movilidad sostenible y que amplía su público objetivo a empleados, pymes, autónomos, particulares y socios estratégicos. El renting flexible para flotas sigue formando una parte clave de su estrategia operativa y de desarrollo.
Otro de los factores decisivos para el crecimiento del renting es el cambio de paradigma desde un modelo tradicional de gestión de vehículos hacia un modelo basado en la gestión de la movilidad. Las alternativas al vehículo de empresa pasan por el car sharing, el uso del transporte público o el mobility budget, entre otras.
De acuerdo con el Arval Mobility Observatory 2020, en países como España el uso del transporte público para los empleados es la alternativa más asentada, una opción ya implementada por el 29% de las firmas españolas y que en tres años alcanzaría la actual media de la Unión Europea (31%).
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