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Consigue el máximo rendimiento de tu flota con el control de combustible

Escrito por Elsa Salgado | 18/12/18 03:23 PM

La monitorización y el control de combustible proporciona a las empresas la información necesaria para tomar decisiones que ayuden a una mejor gestión y ahorro del mismo.

 

Uno de los pilares principales de las empresas de transporte es el combustible. Por ello, es necesario saber cuál es la mejor forma de gestionarlo.

Los gastos de combustible conllevan una gran parte de todos los gastos de operación de una flota. Si sabemos gestionarlos conseguiremos información precisa para tomar mejores decisiones y reducir los costes de operación.

Si tenemos información al detalle del nivel y consumo de combustible de los vehículos, podemos detectar problemas como robos de combustible y hacer comparaciones entre la flota y sus conductores. Logramos cotejar en función del consumo, de la distancia recorrida, de las rutas, las paradas en gasolineras, etc… Así encontramos rápido el problema y podemos ponerle solución.

Lo más importante de todo es la rapidez con la que se conoce esta información. Los datos del nivel de combustible y el consumo en tiempo real nos proporcionan una gestión óptima y nos ayuda a controlarlo y a ahorrar.

Por lo tanto, todo lo que suponga un control y ahorro de combustible solo aporta beneficios; entonces, ¿por qué no íbamos a hacerlo? Para realizar un correcto control de combustible, a continuación, enumeramos una serie de puntos que son necesarios tener en cuenta:

 

  • Conseguir un correcto mantenimiento de los vehículos

Si nuestra flota se encuentra en buen estado el consumo de combustible nunca va a ser mayor al deseado.

 

  • Conocer el estado de los vehículos

Conocer en qué estado se encuentra nuestra flota (neumáticos, motor, control del aceite…) nos ayuda a mantenerlos de manera correcta y no correr el riesgo de generar gastos superiores de combustible.

 

  • Supervisar la flota mediante informes de seguimiento

Si se lleva un control exhaustivo y continuo, se podrán encontrar los problemas, descubrir cuáles son las causas y darles solución.

 

  • Selección del vehículo (en función de la ruta y el comportamiento del conductor)

La selección de la flota es importante, pero la selección del vehículo para cada servicio también lo es. La elección depende de las rutas y los comportamientos del conductor.

Al planificar las rutas, según las características del recorrido (distancia, tiempo, tráfico, carretera…) se elige un vehículo u otro.

Igual que en el caso del conductor, según su comportamiento y su forma de conducir es mejor asignarle el vehículo que más le convenga.

 

  • Incorporación de sistemas de localización y control de flota

 También el control de combustible se puede conseguir con un sistema de localización. De esta manera controlas tu flota y sabes por dónde se mueve y dónde se encuentra. Conociendo así si se están realizando recorridos más largos a los debidos y gastando más combustible sin ser necesario.

 

  • Planificar las rutas y elegir la más rápida

Cuando seleccionamos el vehículo lo hacemos según la planificación de rutas. Se trata de trazar las más cortas y con menos tráfico, ahorrando tiempo, combustible y desgaste de los vehículos; además de conseguir así mejorar la productividad de la flota.

 

  • Conocer la ubicación de las gasolineras y el tipo de combustible que hay en ellas

Sabiendo este dato podemos planificar mejor la ruta a seguir por cada vehículo según el combustible que vaya a necesitar reponer durante su trayecto.

 

  • Adoptar una conducción eficiente

Con la utilización de técnicas de conducción eficiente se mejora el consumo de gasolina. Algunas de ellas son controlar la velocidad o formar a los conductores para una mejor conducción.

 

Por lo tanto, siguiendo estos consejos, se consigue reducir los gastos de combustible, y como consecuencia, un aumento de los beneficios, suponiendo la diferencia entre tener pérdidas y un negocio rentable. De esta manera, no solo se contribuye a la economía de las empresas, sino que también se puede hacer un bien mayor ya que cada vez que se produce un ahorro de energía se mejora la conservación del medio ambiente.